En un país donde se exige todos los días el respeto por los Derechos, Individuales y Colectivos, y poco se trabaja por el cumplimiento de los DEBERES CIUDADANOS, es urgente que se eduque al ciudadano para el CUMPLIMIENTO DE LOS DEBERES Y PARA EL CUMPLIMIENTO VOLUNTARIO DE LAS NORMAS, que son tareas que cada uno está comprometido a cumplir, obligaciones que debemos desarrollar no sólo para nuestro bien sino para el bien de todos.
El Deber del ciudadano es aquello que obliga (y yo diría en conciencia), al hombre por los preceptos naturales y cívicos.
Eduquemos para saber convivir con los demás de manera que todos y cada uno puedan formar y desenvolver íntegramente su personalidad, respetando la libertad del otro, en la tolerancia, en la solidaridad, en la inclusión, en el respeto, en la valoración de la vida como Don Sagrado, pero ante todo tomar conciencia que en nuestra Patria donde la paz y la convivencia pacífica han sido vulneradas desde hace décadas por acciones de grupos violentos y delincuenciales y la intolerancia ciudadana, se le otorga a la Paz la calidad constitucional de DERECHO y DEBER simultáneamente.
Es posible que todos tengamos una razón o pretexto para evadir el cumplimiento de uno o varios de los deberes ciudadanos, pero recordemos que fue hace sólo medio siglo cuando sociedades completamente destruidas económicamente por los horrores de una guerra, decidieron trabajar en lugar de lamentarse, decidieron contribuir en lugar de reclamar, sus ciudadanos decidieron apoyarse, entregarse a la reconstrucción y al bien colectivo, lo cual los llevó convertirse en economías sólidas y prosperas donde el balance de deberes y derecho garantiza la dignidad y plena libertad de sus ciudadanos.
+ La primacía de la Cultura de la muerte sobre la Cultura de la vida en nuestro país, compromete al Estado en unión con los ciudadanos, a definir políticas públicas que frenen esta ola de inseguridad, de intolerancia, de temor, y de indiferencia que nos viene caracterizando.
Sólo en el compromiso de trabajar unidos: AUTORIDAD, POLICIA, Y CIUDADANIA, lograremos detener, la anarquía, y el temor que nos imponen para no permitir que la Vida se desarrolle, se conserve y se respete.
+ Actualizar un Código Nacional de Convivencia Ciudadana a la modernidad del estado, no significa caer en un laxismo que nos lleve a la permisividad, pero sí compromete el trabajo de todos, para que EDUQUEMOS EN ACCIONES PREVENTIVAS, y las presentes generaciones que son nuestros niños y jóvenes, crezcan y se desarrollen con una CONCIENCIA CIUDADANA DE HACER FELIZ A LOS OTROS.
“Me decía un niño de 9 años, hace 8 días, cuando le preguntaba qué significaba para él ser Feliz: Me dijo para mí ser feliz, es buscar la felicidad del otro.”
La solución no está en crear más leyes para penalizar el delito, la solución está en EDUCAR PARA LA VIDA, PARA LA LIBERTAD, PARA LA RESPONSABILIDAD, PARA RECONOCER TODOS LOS DIAS QUE MI LIBERTAD TERMINA DONDE COMIENZA LA LIBERTAD DEL OTRO.
Y aquí juega un papel fundamental y definitivo, la FAMILIA, LA ESCUELA, LA UNIVERSIDAD, Y EL ESTADO ENTENDIDO COMO GOBERNANTES Y GOBERNADOS.
Hay muchas cárceles en el país, hay hacinamiento en muchas de ellas, hay deshumanización, y muchas son universidades del crimen, donde aquel que llega allí por un delito por pequeño que sea, pero sancionado por la ley, aprenderá más de lo que antes sabía.
Todo proyecto, o reflexión en torno a una Cultura de la Convivencia, ha de llevarnos a ser Educadores de la Tolerancia y de la prevención. Pero ante todo, trabajemos en nuestras comunidades, unidades residenciales, o espacios donde cada día estamos desarrollando nuestras potencialidades a formar EN VALORES, PARA QUE TODOS SEAMOS RESPONSABLES DE TODOS, Y PODAMOS CONVIVIR COMO PERSONAS RACIONALES Y SOCIALES, DONDE LA LEY, LA CULTURA Y LA MORAL (que para no entrar en discusiones, en este caso sería paz consigo mismo y los demás, es decir armonía en mis relaciones interpersonales.)
El principio rector que debería iluminar cualquier Código de Convivencia sería el siguiente: “TRATAR A LOS DEMÁS COMO QUIERES QUE TE TRATEN A TI”
Esto no es una UTOPIA, hay que hacerla TOPIA, cada día EDUCANDO, PREVINIENDO, dando a CONOCER LAS REGLAS O NORMAS DE CONVIVENCIA, y ALECCIONAR al infractor mediante la aplicación de sanciones sociales y morales por un comportamiento contrario a la convivencia.
Apreciados amigos: Podemos sacar el Código de Convivencia mejor desarrollado, actualizado y de acuerdo a la modernidad de los estados, pero si no se mejora la EDUCACIÓN desde la casa, la familia, la ESCUELA, el COLEGIO, y se proyecta a la UNIVERSIDAD, seguiremos desgastándonos y continuará primando la anarquía que en este caso se traduce en: HACER LO QUE SE ME DE LA GANA, y HACER JUSTICIA POR MIS PROPIOS MEDIOS, desconociendo a la autoridad legítimamente constituida.
DECÀLOGO PARA UNA BUENA CONVIVENCIA
1- Si quiero que todos/as me respeten, debo respetar a todos y todas.
2- Si quiero sentirme aceptado/a por los demás, no debo rechazar a los/as otros/as.
3- Si quiero que me escuchen, debo aprender a escuchar.
4- Si quiero que me respeten cuando hablo, debo respetar cuando hablan los/as demás.
5- Si quiero que me echen una mano cuando lo necesito, debo estar dispuesto/a a ayudar a otros/as cuando lo necesiten.
6- Si quiero sentirme a gusto en un entorno limpio, debo contribuir a no ensuciar y cuidar las cosas.
7- Si quiero que confíen en mí, debo comportarme con sinceridad y honradez.
8- Si quiero sentirme bien en mi grupo, debo contribuir a crear buen clima de compañerismo.
9- Si quiero que me traten como a una persona adulta y responsable, tengo que asumir la responsabilidad de mis actos.
10- SÓLO PUEDO EXIGIR EN LA MISMA MEDIDA EN LA QUE DOY Y ME COMPORTO.
A MANERA DE REFLEXION
TRATA A LOS DEMÁS COMO QUIERES QUE TE TRATEN A TI.
INTENTA ESTAR SIEMPRE DISPUESTO A SONREÍR.
PROCURA SER GENTIL Y AGRADABLE AL HABLAR.
TRATA DE ESCUCHAR ATENTAMENTE.
PROCURA NO DISCUTIR, SENCILLAMENTE OPINAR.
CUIDA LA PUNTUALIDAD, SIN REPROCHAR A OTROS.
INTENTA SER JOVIAL, VOLUNTARIOSO, DINÁMICO.
GUARDA PARA TI TUS PROPIAS DIFICULTADES. EN TODO CASO, CONFÍATE A LOS AMIGOS.
PROMETE SÓLO CUANDO CREAS QUE PUEDES CUMPLIR.
PIDE SIEMPRE “POR FAVOR” Y NO OLVIDES DE DECIR “GRACIAS”
Muchas gracias,
Monseñor Alirio López A.
