Con la celebración que nos dejó varios signos iniciamos el triduo pascual, el primero, el lavatorio de los pies, una acto de humildad, de caridad y de servicio, secarlos y besarlos los pies es redimirlos de la realidad y darles fuerza para que continúen en el camino de la vida, hoy los doce apóstoles fueron jóvenes del Seminario Redentoris Master, y la invitación es que sean antorchas luminosas que reflejen la alegría y la esperanza, que vuelen alto para ser servidores y que no tengan miedo de enamorarse de Jesús. El segundo signo, la institución del sacerdocio, "Haced esto en memoria mía",los sacerdotes llamados a evangelizar a comunicar la vida de Dios en los demás, tener caridad, paciencia, tolerancia y entrega y el tercer signo, el mandamiento del amor, Dios es amor, hagamos de nuestros corazones semilleros de caridad y paz, sí muere el amor se ha perdido la esperanza y la alegría. Al terminar una procesión con el Santísimo por las calles de nuestro barrio para finalmente dejarlo en el monumento diseñado con uvas (Jesús es pan de vida) y los once apóstoles iluminados y uno en oscuridad Judas Iscariote, solo se le notan las monedas y la soga con la que se ahorco. con él allí se oraron por las familias, las vocaciones sacerdotales y la eucaristía.