
José educó a su hijo con obediencia, honestidad, fue un hombre fiel y comprometido, por ello debemos imitarlo ya que supo cumplir con la voluntad del padre. De otro lado San Juan Pablo II, en una de sus encíclicas habla del trabajo como forma de transformación para nuestra sociedad y para todos, y como una forma de hacerlo con responsabilidad haciendo el bien, por lo anterior debemos reconocer la presencia del hijo del resucitado, y oremos para que esta noche oscura pase y podamos encontrarnos todos otra vez, que San José nos bendiga y nos permita cumplir la voluntad del padre como él lo hizo.

